El documental
Género cinematográfico y televisivo de carácter didáctico, realizado sobre la base de materiales tomados de la realidad. La organización y estructura de imágenes, sonidos (textos y entrevistas) según el punto de vista del autor determina el tipo de documental.
Los orígenes del cine, así como del documental, se situarían con anterioridad a 1900, cuando se intentaba crear aparatos para capturar el movimiento a partir de fotografías, uno de los que se inventó fue el kinetoscopio de Edison, el cual requería de varios hombres para moverlo de un sitio a otro. Pero la figura más destacada fue Luis Lumiére y su Cinematógrafo que supuso el verdadero punto de partida en el desarrollo de el 7º arte. Lumiére capturaba imágenes de la vida real y cotidiana y el movimiento de la ciudad: atracos de botes en el puerto, la llegada de un tren a la estación, a la gente trabajando, etc.
La secuencia cronológica de los materiales, el tratamiento de la figura del narrador, la naturaleza de los materiales -completamente reales, recreaciones, imágenes infográficas, etcétera — dan lugar a una variedad de formatos tan amplia en la actualidad, que van desde el documental puro hasta documentales de creación, pasando por modelos de reportajes muy variados, llegando al docudrama (formato en el que los personajes reales se interpretan a sí mismos).
Con frecuencia, los programas de ficción adoptan una estructura y modo de narración muy cercanas al documental, y a su vez, algunos documentales reproducen recursos propios de la creación de obras de ficción.
Dos acontecimientos resultan de gran importancia para el género documental y su evolución; primero una Revolución tecnológica que transcurrió en los años 50 y 60, que supone para éste la introducción y utilización de cámaras y sonido sincronizado portátiles y la sustitución del uso del 35 mm. Esto permitió la creación de una mayor y diversificada producción de documentales al mismo tiempo que hicieron que las nuevas estrategias crearan nuevos estilos y que nuevas formas del género documental tomaran vida. Más tarde aparecen magnetofones portátiles películas de mayor sensibilidad. objetivos que permitían rodar con luz natural zoom.
Hacia 1894 varios inventores estaban en la carrera por desarrollar nuevos aparatos para capturar el movimiento a partir de fotografías, los hermanos franceses Lumiére conseguirían el triunfo en 1895 con su aparato fácil de transportar a diferencia de otros.
Además este aparato ofrecía otras características muy atractivas: con solo unos pequeños ajustes se podía transformar en proyector y también en máquina de impresión.
Este aparato permitía por primera capturar la realidad exterior en movimiento.
El primer film documental fue realizado por él, el plano secuencia Trabajadores saliendo de la Fábrica Lumiēre, de 1895. Luego vendría la presentación pública del invento donde Lumiēre proyectó dicho film. Después de esa presentación siguieron otras en diferentes partes de Francia, creando una gran incertidumbre. Lumiére no solo se limitó a presentar este film, sino que realizaría otros, incluyendo a personalidades importantes que venían a ver su invento y que sin saberlo habían sido capturados por la lente de Lumiēre, para después, con gran sorpresa, verse retratados en los filmes a los que asistían.
Pero los planes de Lumiēre no se limitaban a estas demostraciones. Con gran visión y astucia se dedicó a contratar a profesionales que se encargarían de llevar su invento a todos los rincones del planeta; personas que al mismo tiempo se fueron a documentar a dichos lugares y a mostrar algunos filmes ya realizados por Lumiēre.
Su personal se encargó de capturar filmes de un solo plano, llamados "películas de actualidad", donde se retrataban momentos tales como la llegada de botes a un puerto, la aproximación de un tren, gente trabajando, etc. De esta manera, esta etapa temprana del nacimiento del cine estuvo marcada por la moda de mostrar un evento en cortos lapsos de tiempo, debido principalmente a que las cámaras solo podían contener pequeñas cantidades de film, muchos de ellos de un minuto o menos de duración.
Si los hermanos Lumiére fueron los encargados de sentar las bases de la relación del cine con el mundo: mirando a lo que tenían más cerca, Dziga Vertov y Robert Flaherty fueron de los primeros en adoptar el género naciente, y ya amenazado por la objetividad, y defender su esencia cinematográfica. Cada uno desde posiciones muy diferentes, pero siempre alejados de lo que años más tarde se identificaría como documental: el noticiario televisivo o reportaje.
Dziga Vertov fue ante todo un artista y un experimentador. Mucho antes de recaer en el cine, trabajó el sonido, y la radio, experimentando con collages sonoros, en busca de un montaje no necesariamente objetivo ni realista. Su película más célebre, El hombre de la cámara, recoge su idea de recoger "la vida de improviso", y supone una de las cumbres de la cinematografía mundial por su experimentación formal, su montaje acelerado y su movimiento del plano y no dentro del plano, como venía siendo habitual. La película, rodada en diferentes ciudades, recrea un día en la vida de un camarógrafo que recorre la ciudad en busca de imágenes. Además de ser una de las primeras películas sin intertítulos, es la primera en desvelar el proceso de creación de la propia película, al mostrar a la montadora eligiendo, cortando y montando planos, poniendo de relieve que, tal y como defendía Vertov, la objetividad no existe, por lo menos en el cine.
Robert Flaherty era considerado el padre del cine documental. Su primera película, Nanuk el esquimal (1922), tuvo que rodarla dos veces, tras perder todo el material rodado durante años en un incendio en el laboratorio. Este accidente le abrió los ojos, y decidió no limitarse a registrar la realidad, para pasar a intervenir en ella más activamente, creando, a partir de materiales reales, una narración compleja. Flaherty sentaba así las bases de un cine documental muy alejado de lo que posteriormente se ha venido a considerar documental: el reportaje televisivo. Sus posteriores películas ahondaron en esa forma de trabajar y de concebir el cine documental, más como una visión personal del autor que como un retrato objetivo de la realidad.